María de Médicis:

(Florencia, 1573-Colonia, actual Alemania, 1642) Reina de Francia. Hija del gran duque de Toscana, en 1600 casó con Enrique IV rey de Francia, con quien no se llevó bien a causa de la vida disipada de éste. Tras el asesinato del monarca, María asumió la regencia del reino hasta que su hijo, Luis XIII alcanzase la mayoría de edad.

Para gobernar se rodeó de personas de origen italiano, destituyó a Sully y dominó a los restantes ministros de Enrique IV, pero no pudo hacer lo mismo con el resto de los magnates del país, que se quejaban de no poder intervenir en las funciones de gobierno. Ello, unido a una política exterior considerada proespañola, provocó la unión de los grandes de Francia con los hugonotes protestantes, que empezaron a formar un ejército.

La reina hubo de ceder ante la presión, y suscribió el tratado de Sainte-Ménehould en 1614, pero tras ello maniobró hábilmente para impedir que los críticos fueran elegidos para los Estados Generales, beneficiándose de lo desorbitado de sus peticiones. La división de los críticos permitió a María disolver los Estados Generales en 1616, lo que unido a la boda del rey con una infanta española acabó por encender la revuelta de la nobleza y los hugonotes.

Los ejércitos reales al mando de Richelieu actuaban con eficacia contra los rebeldes, cuando Luis XIII, cansado de que su madre gobernara sin consultarle cuando él ya había asumido sus funciones, decidió eliminar al grupúsculo de poder italiano e hizo asesinar a Concini y ejecutar a Leonora Galigai bajo la acusación de brujería.


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